Complacientes labios de agua y miel,
que endulzas mis abatidos sentimientos,
nuestros improvisados encuentros clandestinos,
calman y apaciguan mis férvidos pensamientos.

...Yo sé que tus labios sólo se acercan,
buscando un pasajero pero ardiente placer.
Más, mi humilde pecho te alberga con ansias,
pues tú, mitigas mi arrebatada y excéntrica sed.

...Juro que nunca olvidaré tu tierna boca,
porque cuando hablas, mi alma provocas.
Y si algún día con otro hombre yo esté,
seguro tus labios, en otro hombre no encontraré.

...En silencio mi refugio es testigo,
de la pasión de nuestros ardientes abrazos...
Mas, en la oscuridad mi testigo siempre será mudo,
pues nadie jamás sabrá, lo que juntos callamos.

...Mi cuerpo llevará la huella de tu aroma,
esperando que algún día, seas sólo mío.
Aunque en lo más hondo de mi abatida alma,
sé que mi agonía por ti, será mi cruel destino.

Pero tus besos, matizan mi añeja primavera,
llenando mi cuerpo de apasionado y curioso temple,
si bien tus labios no son sólo míos...
...cuando estás conmigo... espero que ella esté ausente.