Pagado de sobra

Un canoso cirujano sonrió a la delicada anciana. "¡Ya lo
logró señorita Susi, puede irse mañana a casa!"
"Yo no lo logré, doctor", contestó la señorita Susi. "Fué su
habilidad, su gran bondad", titubeó y luego continuó: "sus cuentas son
siempre tan pequeñas doctor, y aun tengo que recordarle que me las envíe.
No tengo mucho, pero quiero pagar. Por favor, no lo olvide y dígame cuánto
le debo".
El cirujano asintió con la cabeza rápidamente: "No lo
olvidaré". Dos días después, la señorita Susi recibió la cuenta. El total
era tremendamente alto, pero cruzando la hoja en la parte de abajo, la
mano firme del doctor escribió estas palabras: "Pagado de sobra con una
afable personalidad".
Todos los días tenemos numerosas oportunidades de ser
generosos, especialmente con aquellos que lo necesitan. Deberíamos ser
generosos no sólo con dinero, sino con nuestro tiempo y esfuerzo.