Señor, perdóname
Señor, perdóname,
me he acostumbrado a ir a las villas miseria,
sin embargo, yo puedo irme cuando quiero,
pero ellos no.
Señor, perdóname,
me he acostumbrado al olor de la basura,
sin embargo, yo puedo alejarme de allí,
y ellos no.
Señor, perdóname
pues yo puedo encender la luz,
pero me olvido de quienes
no lo pueden hacer.
Señor, perdóname,
yo puedo hacer una huelga de hambre,
pero ellos no,
porque están siempre hambrientos.
Señor, perdóname,
yo les tengo que decir
que el hombre no vive sólo de pan,
pero no pongo todo mi empeño
para que ellos tengan el pan de cada día
Señor yo quiero amarlos,
sueño morir por ellos,
mas tú ayúdame a vivir para ellos,
Señor, yo quiero estar con ellos,
cuando llegue la hora de la luz.
(P. Carlos Múgica, asesinado el 11/05/1974) Foto: Stephen Shaver / AFP
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