Mi oración:
Gracias Dios porque siempre me estás cuidando...
Muchas veces me parece no verte, que no estás ahí...
Pero luego recibo una postal de amistad, y entonces me doy cuenta de que los amigos son un regalo que tú, Dios, me has concedido. Gracias Dios por acordarte de mí,
gracias por cada uno de mis amigos.
Pues poder enviar y recibir postales es prueba de tu amor por nosotros. Gracias Dios.