Carta Perdida

Te escribo desde aquí, de la penumbra de mi habitación, pensando en que leas esta carta, y luego me digas que tú también sientes lo mismo, un gran amor deseante de florecer para luego desfallecer en los besos tibios de la cómplice noche.

Luego me diste un SÍ, y empezó un hermoso romance que el tiempo se encargaría de hacerlo frágil y fugaz; pero fue un romance para ti, pues para mi fue algo más que un romance, era un amor así de pleno e inocente, como el que nace en el corazón en no sé cuantas veces en la vida.

Pero te amé, y tú libremente fugaz, huiste sin mas ni mas, dejando un vacío inmenso que el tiempo, el mismo que me dio tan poca esperanza, se encargaría de borra de forma dolorosa, pero al fin y al cabo se fue hacia el desván de los recuerdos, y hoy te recuerdo como una flor en pleno aromar y así te quiero recordar, siempre, como fuiste un beso y doloroso pasajero que se anidó en el pecho.

Por siempre ahora te digo adiós.
Y Dios te colme de bendiciones,
aun cuando ya no estés a mi lado.

© 2006, Autor: Lobo esterapio. (Guisseppe GF)
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