Te llamé… necesito saber de ti.

Es triste que no me contestes el teléfono.Te llamé de nuevo hoy, necesitaba escucharte, pero siempre me dice esto:
- Usted ha llamado al buzón de voz del nº XXXXXXXXX -

Y ahí quedo yo, pensativa, no sé porqué tu teléfono siempre está apagado. Con el teléfono aún en mi mano el corazón se estruja de llorar pues no puedo decirte mil cosas que deseo que sepas, que tengo mucho miedo de perderte, miedo que ese teléfono suene siempre así, no entiendo porqué haces esto.

Lloro porque no me quieres contestar el teléfono.¿No ves cuánto te amo? Parece un juego para ti, siempre me haces lo mismo, y te odio en ese momento, ¿no ves cuánto sufro?

Amor, dime qué esta pasando, yo no entiendo nada, sólo unos días atrás yo era tu amor, no podías vivir sin mí, y hoy, no sé nada de ti. ¿Por qué? Sola, llamando por teléfono... y nada. Muchas preguntas sin respuestas, camino por la habitación, ya no tengo ganas de nada. Es que tú eres todo lo que me mueve, y si tú faltas yo no sé cómo vivir…

Mi almohada confidente es quien recoge mis lamentos, y sólo a ella le puedo decir cuánto te necesito y cómo me haces sufrir con tu bendita grabadora…Otro día más, y llamo…

¡Por fin contestaste el teléfono! ¡Ay amor mío! Al fin me has contestado, me hablas, ya casi no escucho, mis lágrimas calladas no me dejan hablar, me llamas “amor” y te vuelvo a amar, ya casi me olvidé que no te podía encontrar y te abrazo en mi abrazo imaginario metiéndome en tu piel para que me digas todas esas cosas que necesito oír de ti…Por fin mi cuerpo se relaja y vuelvo a sonreír, te cuento mis días, me escuchas atento y en susurros bajitos me dices:

“Te amo tontita, ¿cómo te voy a dejar de amar?
¿No ves que también tú eres mi vida?”

Sueño con estar contigo. Y lloramos juntos por no poder darnos ese beso tan soñado, ese beso que ansiamos dar…
Nos tranqulizamos, lloro en tu hombro mientras me acaricias los cabellos, y por unos momentos nos olvidamos que no estabas al teléfono. Ya me olvidé qué te quería decir… seguramente era un “te amo”, o un “¿qué harás hoy?”

Sólo preguntas en nuestro encuentro íntimo, pero con caricias y besos nos volvemos a entregar, nos prometemos llamar mañana, porque no queremos vernos llorando. “Entrégate a este amor” me dices, “sin miedos que no te voy a dejar, eres mi alimento, mi todo…” (sonrío, porque te llamé para decirte justamente eso que ahora me dices a mí)

El amor nos pone tan locos que no sabemos reaccionar ante tales situaciones.Abrázame amor, justo en éste momento me doy cuenta… ¡Cuán grande es nuestro amor!
Nunca dejes de llamarme…
Desde mi Rincon para tí

©2007 Autor Shoshan
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