Mujer madura, con edad, aceptando sus años... mujer madura.
Postales | Cartas día del padre | Postales Día del Padre

Carta a mi papá, a quien ya no veo tanto

Querido Papá...
Es verdad que hay días que te olvido, lo confieso. Pero supongo que es normal, pues también es cierto que ya no puedo agarrarte, ni besarte, ni encontrarte en la casa. Tu vida y la mía pasaron a ser cosa de los recuerdos, y últimamente sólo nos encontramos en ellos.

La vida es lo cotidiano, el hastío y el placer. Y tristemente, con el tiempo suelen borrarse los recuerdos. Pero también es cierto, afortunadamente, que aun sin perseguirlos, de vez en cuando afloran recuerdos que parecían olvidados.

Pensando en ello, duele pensar que mi mano ya no te encuentra, duele no verte, papá.

¿Cómo estarás ahora, papá? ¿Cómo estarás sin mí?

Papá, no quiero que dejes de ser parte de mi vida

La memoria es un animal que come, duerme y se despierta; y cuando lo hace, sin querer nos hiere el alma y con ella, todo lo que la rodea. Hay días en que la garra de la memoria se vuelve más dulce o amarga, pero ahí está siempre ella, esencial, callada y eterna, urgente.

Hay días, Papá, en que me muero por hablar contigo, por oír tu voz.
Necesito tus palabras, y en tus brazos olvidar el mundo.

Papá, hay días en que lo eres todo para mí,
y eso borra la distancia entre nosotros.


Entonces descubro que me lates dentro, 
muy dentro, resguardado, interno en mí.

Yo te quiero mucho, papá.
Que no te importe si a veces no te escribo, porque cuando lo hago, la vida se me va en ello.
Ojalá mi cariño te despierte para que tengas un buen día. 

Te extraño y quiero pensar más en ti.
Hoy voy a pensar más en ti.
Te quiero papá.

© 2007 Autor: Caridad

Relacionado: Postales para el Día del Padre

Suscríbete gratis a Shoshan:

Envía esta carta a papá por email:

e-mail destino:
tu nombre:
tu e-mail:
tu mensaje:

 

 

Carta a mi padre que siento algo ausente

Carta para mi papá, mi padre, que veo poco y a veces casi llego a olvidar. No quiero olvidarte, papá, te amo, te quiero, ¿qué hay de tu vida, padre mío?